El Opel Corsa del residente marroquí quedó destrozado tras empotrarse contra el camión. Foto: CATERINA VENYS

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La víctima mortal conducía un Opel Corsa con placas de matrícula IB-1425-BJ y sobre las seis y media de la madrugada enfiló un tramo curvo de la carretera C-712. Todavía era de noche y Mohamed E.M., de 46 años, entró a una velocidad excesiva y perdió el control.

Justo en el otro sentido circulaba un camión de la marca Daf, con matrícula IB-2033-DC, que no pudo esquivarlo a tiempo ni frenar. Según informaron en fuentes de la Guardia Civil, el turismo se echó sobre el vehículo pesado y quedó empotrado en sus bajos. El camionero, que salió ileso, y otros conductores que se encontraron con el siniestro, dieron aviso a los equipos de emergencia, que se dirigieron rápidamente hasta el kilómetro 9-200 de esa vía. En el dispositivo participaron los bomberos de los parques de Can Picafort y Artà, agentes del subsector de Tráfico de la Guardia Civil y ambulancias del 061. La Policía Local de Artà, según informaron ayer, también tuvo conocimiento de lo ocurrido, pero no actuaron porque la Benemérita se hizo cargo de la investigación.

Mohamed había quedado atrapado entre el amasijo de hierros y los médicos de la UCI móvil intentaron reanimarlo, ya que aparentemente estaba muerto. Los esfuerzos fueron inútiles y al final certificaron el óbito. El otro conductor implicado -Cristóbal C.S., de 43 años- se encontraba en perfecto estado, aunque lógicamente muy afectado por el accidente y sus consecuencias. Los agentes de Tráfico le tomaron declaración y contó que no había podido hacer nada para evitar la colisión. Dos grúas se desplazaron hasta aquel punto kilométrico para retirar los dos vehículos siniestrados. Uno de los carriles quedó colapsado, pero no fue necesario cerrar al tráfico la vía. A esas horas la circulación era escasa, lo que contribuyó a facilitar la tarea de la Guardia Civil.