La víctima mortal conducía un Opel Corsa con placas de matrícula
IB-1425-BJ y sobre las seis y media de la madrugada enfiló un tramo
curvo de la carretera C-712. Todavía era de noche y Mohamed E.M.,
de 46 años, entró a una velocidad excesiva y perdió el control.
Justo en el otro sentido circulaba un camión de la marca Daf,
con matrícula IB-2033-DC, que no pudo esquivarlo a tiempo ni
frenar. Según informaron en fuentes de la Guardia Civil, el turismo
se echó sobre el vehículo pesado y quedó empotrado en sus bajos. El
camionero, que salió ileso, y otros conductores que se encontraron
con el siniestro, dieron aviso a los equipos de emergencia, que se
dirigieron rápidamente hasta el kilómetro 9-200 de esa vía. En el
dispositivo participaron los bomberos de los parques de Can
Picafort y Artà, agentes del subsector de Tráfico de la Guardia
Civil y ambulancias del 061. La Policía Local de Artà, según
informaron ayer, también tuvo conocimiento de lo ocurrido, pero no
actuaron porque la Benemérita se hizo cargo de la
investigación.
Mohamed había quedado atrapado entre el amasijo de hierros y los
médicos de la UCI móvil intentaron reanimarlo, ya que aparentemente
estaba muerto. Los esfuerzos fueron inútiles y al final
certificaron el óbito. El otro conductor implicado -Cristóbal C.S.,
de 43 años- se encontraba en perfecto estado, aunque lógicamente
muy afectado por el accidente y sus consecuencias. Los agentes de
Tráfico le tomaron declaración y contó que no había podido hacer
nada para evitar la colisión. Dos grúas se desplazaron hasta aquel
punto kilométrico para retirar los dos vehículos siniestrados. Uno
de los carriles quedó colapsado, pero no fue necesario cerrar al
tráfico la vía. A esas horas la circulación era escasa, lo que
contribuyó a facilitar la tarea de la Guardia Civil.
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