Todo comenzó pasadas la 21:15 de la noche, cuando se recibió una
llamada en la Policía Local en la que unos vecinos avisaban de que
estaban oyendo una discusión en un piso. Una vez allí, una patrulla
observó que el ciudadano magrebí se asomó a la calle con un
cuchillo y les arrojó una bombona de butano. La policía local envió
entonces a todos los agentes disponibles. Ya en la escalera, el
agresor lanzó por la escalera otra bombona de gas, que le ocasionó
heridas en un pie a un agente. Dos policías lograron acceder a la
vivienda, donde el magrebí se acercó a los policías con dos
cuchillos y agredió a uno de ellos. El agente abatió al magrebí de
un disparo e incluso le dio por muerto, por lo que se retiró para
dar cuenta del suceso.
Sin embargo, el magrebí se revolvió, forcejeó con él y se hizo
con su arma. El ocupante del piso empezó a perseguir escaleras
abajo a los agentes, que al llegar a la calle empezaron a gritar
para que la gente se pusiera a cubierto. Una vez en la vía pública,
la Policía Local realizó varios disparos de intimidación, antes de
que el magrebí fuera abatido otra vez por varios disparos. Otros
tres policías fueron heridos a su vez por arma blanca cuando
intentaron arrebatarle en el suelo el arma y el cuchillo.
Finalmente, lograron reducirlo.
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