En un lateral de la nave fue donde los delincuentes realizaron el agujero de mayor tamaño.Fotos: LLUÍS PLANAS

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No fue la noche de los «butroneros». Ni cinco intentos fueron suficientes para que los delincuentes consiguieran entrar en una nave de máquinas recreativas de Consell y encima, cuando estaban a punto de lograrlo, saltó la alarma y los puso en huida, sin el botín. Es el quinto asalto de estas características en las últimas semanas y la Guardia Civil está estrechando el cerco sobre los hampones, que podrían ser ciudadanos kosovares.

La empresa está ubicada a la entrada del pueblo, en el kilómetro 19-400 de la antigua carretera Palma-Alcúdia. Joan Antoni, el encargado, contó ayer a este periódico que el local, de grandes dimensiones, está parcialmente vacío, ya que la mayoría de las máquinas han sido colocadas en hoteles y establecimientos, coincidiendo con las temporada alta de verano. «El intento de robo se produjo poco antes de las dos de la madrugada, porque a esa hora fue cuando saltó la alarma de seguridad que tenemos instalada en la nave», explicó. Todo parece indicar que los delincuentes habían reparado con anterioridad en aquellas instalaciones y que tras comprobar que no había excesiva vigilancia por las inmediaciones decidieron que la asaltarían en la noche del miércoles al jueves. Presumiblemente se trasladaron hasta esa dirección en un vehículo, cargados con herramientas especiales, y comenzaron a abrir boquetes en paredes y techos, para observar si iban bien encaminados. El agujero de mayor tamaño se localizó en un lateral de la nave, pero lo que está claro es que los «butroneros» no consiguieron entrar. En el tejado de uralita también dejaron su impronta y a las 2.00 horas la alarma se activó con estruendo, lo que alarmó a la banda. Inmediatamente la central de seguridad recibió el aviso y una dotación se desplazó hasta la nave de Recreativos Mae. Cuando el vigilante llegó los intrusos habían desaparecido, pero el encargado de seguridad reparó en que había indicios sospechosos y luego descubrió algunos de los agujeros. La Benemérita fue informada poco después y ya por la mañana los especialistas examinaron el negocio de Consell, en busca de indicios sobre los autores. «Hace años ya intentaron robarnos, pero ahora hace una temporada que estábamos tranquilos», recordó Joan Antoni.