Desde hacía varios días, vecinos y amigos de la víctima
comenzaron a notar un cambio en el carácter de Alba, que estaba
medicado y se encontraba en estado depresivo. Según algunos
vecinos, en los días previos al suceso él mismo reconocía que no se
encontraba bien y comenzó a actuar de una forma extraña, mostrando
una gran intranquilidad.
En las horas previas a su suicidio, Alba mantuvo una fuerte riña
con su pareja y salió a la calle, donde se encontró con unos amigos
en un restaurante que hay a pocos metros de su casa. Allí estuvo un
rato conversando con ellos hasta que decidió subir al domicilio. A
los pocos momentos, y ante la sorpresa de los clientes que se
encontraban cenando, el hombre bajo de nuevo totalmente desnudo, se
sentó en la mesa de sus compañeros, les pidió prestado un mechero y
volvió a casa.
Esta maniobra alertó a los amigos, que decidieron subir al piso
extrañados ante el inusual comportamiento mostrado por el hombre.
Cuando entraron en el domicilio, se aterraron al ver a Pedro Alba
en el suelo, con la cabeza ardiendo y un líquido viscoso pegado a
su piel, por lo que corrieron a buscar agua y comenzaron a
arrojársela. Al ver que no podían apagar las llamas, se fueron a la
cocina para buscar un recipiente mayor. En ese momento, Alba se
levantó del suelo y corrió hacia la terraza y se tiró de cabeza al
vacío, desde una altura de cuatro metros.
Muchos clientes que se encontraban cenando en el restaurante
presenciaron la terrible escena, y un doctor alemán que se
encontraba entre ellos corrió a socorrerlo, aunque comprobó
enseguida que el hombre había fallecido debido al traumatismo
cráneoencefálico. No obstante, la autopsia será definitiva para
determinar la causa de la muerte, así como el líquido empleado por
el suicida. En principio se apuntó a que podía ser aceite de
motosierra, aunque también podría tratarse de disolvente, ya que la
pareja del fallecido lo almacenaba en la casa.
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