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La Policía Local de Calvià estrechó el cerco durante varias horas a dos ladrones que habían robado una caja fuerte en Santa Ponça. La acción policial concluyó con la detención de un ciudadano rumano de unos 30 años de edad cuya identidad se está investigando.

El robo fue tan inusual como espectacular, puesto que los ladrones se llevaron una enorme caja fuerte en un carrito de supermercado, tras forzar con una sierra la entrada de una agencia de viajes situada en la céntrica Avinguda Jaume I. Los ladrones sacaron la pesada caja fuerte, la colocaron en el carrito y a continuación hicieron un recorrido de unos 800 metros en dirección al Golf de Santa Ponça. Al llegar a una zona solitaria, justo detrás de una caseta de electricidad, tiraron la caja entre unos arbustos y comenzaron a darle golpes para intentar abrirla. Precisamente, un vecino que oyó los golpes llamó por teléfono a la policía.

En ese preciso momento, varias unidades se encontraban atendiendo hasta tres accidentes de tráfico en la zona, aunque una patrulla pudo desplazarse hasta el lugar. Los agentes sorprendieron a los ladrones «con las manos en la masa», después de lograr abrir la caja y sacar parte de su contenido, en el que se encontraba dinero en metálico, escrituras y tarjetas de crédito.

Los delincuentes saltaron un pequeño muro y emprendieron la huida hacia un cañizar. Tras peinar la zona con unas cuantas patrullas, varios agentes lograron identificar a uno de los ladrones justo cuando se metía en un coche. El hombre arrancó y escapó hacia Palma por la comarcal, aunque a la altura de la depuradora paró el vehículo, se bajó y comenzó a correr. Los agentes lograron alcanzarle y procedieron a su detención. El caco llevaba encima parte del dinero, aunque la mayor parte del botín se la llevó el otro ladrón.