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Pese a que ya se cuentan por pares los años que los vecinos de sa Ràpita llevan quejándose, el «punto verde» de la calle Llagosta sigue ofreciendo un aspecto lamentable.

El mencionado punto de recogida selectiva de residuos sólidos (cuya responsabilidad en el mantenimiento recae sobre el Ajuntament de Campos) vive inmerso en una espiral de abandono y decadencia.

Los residentes de la zona han explicado a este diario que se han dirigido en reiteradas ocasiones al Consistorio que preside el popular Andreu Prohens para solicitar al primer edil o en su defecto a esegon batle, Guillem Adrover «Canoveta», que frenen el deterioro de los diferentes contenedores, regulen el vertido de residuos y asfalten el tramo de calle donde se encuentra ubicado el «punto verde». Un tramo de calle que, incomprensiblemente, jamás se ha pavimentado y que en los días de lluvia se convierte en campo de charcos y barro donde de forma irremediable el agua se mezcla con la basura.

No obstante, las molestias que provoca la ausencia de asfalto no sólo se circunscriben a las horas de los días lluviosos. Durante las jornadas estivales el ir y venir de coches provoca que se levanten abundantes polvaredas que llenan de suciedad las casas situados en las cercanías que debido al calor veraniego tiene abiertas sus puertas y ventanas.

Los vecinos de la calle Llagosta y sus aledaños también recriminan al Ajuntament de Campos que no ejerza un mayor control sobre los vertidos que allí se depositan, ya que muchas veces se amontonan alrededor de los infrautilizados contenedores para papel y cristal kilos y más kilos de restos de poda y jardinería.