Margaret Marie O'Sullivan, de 48 años, y su esposo, Mathiu Marion
O'Sullivan, de 49, regresaban a su hotel de Santa Ponça a la una de
la madrugada de ayer. El matrimonio irlandés había llegado a
Mallorca el día antes y esa noche cenaron en un restaurante de las
proximidades.
Juntos subieron por la calle Jaume I, por el margen izquierdo. A
la altura del número 110 la pareja cruzó la avenida, a pocos metros
de un paso de cebra para peatones. La visibilidad no era total y de
improviso un coche Lancia Y10 irrumpió en la calzada, a una
velocidad considerable. La conductora no pudo frenar a tiempo y se
llevó por delante al matrimonio. Margaret rebotó contra el cristal
delantero y salió disparada. Luego cayó sobre el asfalto, inerte.
Mathiu voló tres metros y quedó tendido en estado crítico, entre la
vida y la muerte. Unos testigos presenciaron cómo el turismo se
detenía unos instantes, el tiempo suficiente para que la mujer se
llevara las manos a la cara, en un ademán de espanto. Pero no se
apeó. Se lo pensó dos veces y arrancó de nuevo, a toda
velocidad.
Ambulancias del 061 acudieron al punto del atropello, mientras
la Policía Local de Calvià coordinaba un gran dispositivo para
localizar a la conductora fugada. Tras el impacto se le cayó una
placa de matrícula, por lo que su detención era sólo cuestión de
horas. Un vecino de Santa Ponça llamó a la policía, minutos
después, y contó que se había cruzado con un Lancia de color azul
que tenía el cristal delantero destrozado. El cerco se iba
estrechando. Mientras tanto, en la calle Jaume I, frente al Gran
Hotel Santa Ponça, se desarrollaba un drama. Margaret había muerto
y los facultativos estuvieron una hora intentando reanimar al
esposo, cuyo cuerpo estaba destrozado. Al final pudieron
estabilizar sus constantes y llegó con vida a Son Dureta. Sin
embargo, el riesgo de un desenlace fatal era elevadísimo y falleció
a última hora de la noche. La Guardia Civil, la Policía Local de
Palma y la de Andratx fueron informados del doble atropello, por si
el coche fugado llegaba a esos municipios. Sin embargo, Josefine
A.W., de 30 años, se entregó a la Policía Local de Calvià horas
después.
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