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EFE-LAKE CHARLES
Las zonas costeras de Texas y Luisiana devastadas por el huracán Rita siguen vacías y se espera que pasarán varias semanas antes de que se puedan restablecer los servicios mínimos que permitan el regreso a sus habitantes.

Aunque el huracán Rita fue «benévolo» en comparación a su predecesor Katrina, los daños ocasionados han sido muy extensos y han afectado a la vida de decenas de miles de personas.

Las autoridades de Lake Charles (Luisiana), por ejemplo, han pedido a sus 70.000 residentes que aguarden noticias como mínimo hasta el 3 de octubre, para tener una idea mas clara del tiempo que llevará la recuperación. La ciudad sigue «muerta» y no se detecta actividad alguna, salvo la de algunos chatarreros que recogen restos de los que luego puedan sacar algún pírrico beneficio.

En la parroquia de Vermillion (Luisiana), al este de Lake Charles, los equipos de rescate tratan de llegar a zonas remotas donde se teme que cientos de personas puedan estar atrapadas en sus casas, anegadas por las aguas.

Las habitualmente saturadas autopistas de Texas y sus complejos nudos de interconexiones siguen desahogadas, sin su habitual denso tráfico, y por ellas transitan constantemente convoyes militares, de compañías eléctricas y expertas en talar árboles y congregaciones cristianas y de todo tipo que reparten ayuda.

La vida en Houston (Texas) muestra señales de recuperación, con la apertura de algunos restaurantes y comercios, aunque los colegios y los servicios municipales y judiciales siguen cerrados y los medios públicos de transporte ofrecen un servicio limitado.

En Nueva Orleans, el alcalde Ray Nagin invitó ayer a los habitantes del distrito de Algiers, que salió relativamente seco de las inundaciones que cubrieron el 80 por ciento del casco urbano, a que retornen y «nos ayuden a reconstruir la ciudad». Mientras los helicópteros militares sobrevuelan los barrios más afectados en busca de personas que hayan quedado atrapadas.