TW
0

EFE-LAS PALMAS
El archipiélago de Canarias comenzaba ayer a restablecerse de los graves daños causados por la tormenta tropical «Delta» tras su paso por las islas, aunque gran parte del área metropolitana de Tenerife seguía anoche sin luz, por lo que se reforzó la seguridad de sus calles. Hasta el restablecimiento por completo del suministro eléctrico y de la normalidad, previsto para el viernes, trescientos policías y guardias civiles patrullarán Santa Cruz de Tenerife y La Laguna para evitar robos o actos vandálicos. Los efectos de los vientos huracanados, que llegaron a alcanzar los 200 kilómetros por hora en la cumbre de Tenerife, mantiene sin luz desde la noche del lunes a más de doscientos mil habitantes de ambas ciudades, que tras el paso del temporal presentaban ayer un aspecto desolador a causa de los desprendimientos, roturas y destrozos ocasionados por el viento.

La tormenta ha paralizado gran parte de la vida de las islas, ya que se suspendieron los colegios y las consultas y operaciones quirúrgicas en los hospitales, y en Tenerife se hizo un llamamiento a la ciudadanía para que no se acudiera a los trabajos a fin de evitar peligros. Además de graves problemas de circulación por las carreteras, de transportes por mar y aire, y de comunicaciones por teléfono, que se fueron solucionando durante el día con la apertura de puertos, aeropuertos y vías de circulación, los vientos destrozaron varias torretas eléctricas que dejaron sin luz Santa Cruz de Tenerife y La Laguna. La tormenta causó, asimismo, tan grandes daños en la agricultura del archipiélago por lo que el sector ya solicita la declaración de zona catastrófica. También algunos monumentos naturales y humanos de Canarias han sufrido daños irreparables, como el denominado «El dedo de Dios», un roque basáltico que se cayó al mar por la fuerza del viento; paradójicamente también en Tahíche (Lanzarote) fue derribada la escultura del viento del artista César Manrique.

Aunque las autoridades canarias habían dado aviso a la población sobre la alerta por tormenta, numerosas personas se vieron sorprendidas a últimas horas de la tarde en Tenerife y vivieron momentos difíciles ya que tuvieron que pernoctar en sus centros de trabajo, como grandes superficies comerciales, al no poder abandonarlos a consecuencia de la peligrosidad del viento. En el puerto de Santa Cruz de Tenerife también se mascó la tragedia cuando tres buques soltaron amarras y adentrarse en el mar, mientras que un remolcador se hundió al ser golpeado por uno de ellos; en el incidente no hubo daños personales.