Un guardia civil de Tráfico observa el estado en que quedó el coche del fallecido. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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La víctima mortal, vecino de la calle Aragón de Palma, circulaba solo en un Peugeot 206 con placas de matrícula 5059-CCY. Iba con el cinturón de seguridad puesto y a una velocidad normal. Minutos después de las dos de la tarde pasó el desvio del Coll d'en Rabassa, en dirección a Palma, y cuando enfilaba el tramo recto perdió el control por su margen derecho. Se subió al guardarraíl, dio varias vueltas de campana y finalmente se estrelló contra el pilar del segundo puente.

Los trabajos de rescate debían realizarse contrarreloj, ya que la víctima agonizaba, pero cuando los bomberos llegaron fueron informados por un médico de que el muchacho ya había fallecido. El Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, que ayer se encontraba en funciones de guardia, fue informado del accidente mortal, el primero que se registra este año en las carreteras de Balears. La empresa funeraria retiró los restos mortales de José Carlos hasta el instituto anatómico forense de Palma, donde está previsto que hoy se le practique la autopsia. El Peugeot siniestrado, que quedó completamente irreconocible, volcó en el arcén y, por consiguiente, no entorpeció el tráfico. Aun así, la Benemérita tuvo que controlar la circulación porque algunos conductores aminoraban imprudentemente la marcha para interesarse por lo ocurrido. El tramo del accidente tiene tres carriles, el lento, el central y el rápido, y es de buena visibilidad, por lo que de momento no se conoce el origen del siniestro. Tampoco se advirtió frenada sobre la calzada, por lo que los investigadores barajan varias hipótesis, entre ellas un volantazo o un despiste fatal. Numerosos curiosos siguieron el operativo policial desde el segundo puente del desvío del Coll d'en Rabassa.

Otros conductores que presenciaron el accidente pidieron ayuda desde sus teléfonos móviles y cuando los servicios sanitarios del 061 llegaron José Carlos todavía tenía pulso, aunque al poco tiempo entró en parada cardíaca. Bomberos de los parques Central y de la Platja de Palma, Policía Local y agentes del subsector de Tráfico de la Guardia Civil acudieron en su auxilio. El joven, que en junio cumplía veinte años, había quedado atrapado en el amasijo de hierros.