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Los cinco rumanos que estaban acusados de utilizar a menores de edad para cometer numerosos robos, casi todos ellos de teléfonos móviles, han sido condenados a 15 meses de prisión por un delito de receptación. De este modo se reduce notablemente la petición inicial de condena del fiscal, que pedía 13 años y medio de cárcel para cada uno por un delito continuado de hurto y cuatro delitos de robo con violencia.

La reducción de pena fue posible gracias a que los acusados aceptaron un acuerdo al que su letrado, Carlos Portalo, llegó con el fiscal. De celebrarse, el juicio habría contado con la declaración de 57 testigos, entre ellos varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía, así como las numerosas víctimas de esta banda.

En su escrito de acusación, el fiscal consideraba que Ion Anton, Romeo Corii, Sidonia Corii, Cristian Corii y Claudenta Marin, «de común acuerdo entre ellos y junto a cinco ciudadanos rumanos que han sido expulsados» utilizaban «a menores de edad que tenían bajo su cargo o dependencia (...) para realizar diversas sustracciones». Los robos tuvieron lugar desde finales del año 2002 hasta febrero de 2003, casi todos ellos en Palma, aunque otros dos fueron cometidos en Alcúdia y Artà.

Emodus operandi era el siguiente: los menores escogían a sus víctimas en tiendas de telefonía móvil, de viajes o de electrónica. Una vez dentro, se hacían pasar por mendigos y pedían limosna a los clientes o empleados. De este modos conseguían distraer su atención, mientras otros sustraían objetos de la tienda. En casi todos los casos se trataba de teléfonos móviles, aunque también se encontraban agendas electrónicas, ordenadores portátiles, relojes y joyas por un importe superior a los 10.500 euros.