El hallazgo tuvo lugar sobre las 08.30 horas en uno de los
nuevos muelles en un espigón situado frente al hotel Miramar, en el
que hay amarradas numerosas lanchas y pequeños llaüts.
Al lugar se desplazaron con rapidez policías locales de Sóller,
Guardia Civil y una ambulancia del 061. El hombre llevaba muerto
varias horas y fue sacado del agua por los bomberos del parque de
Sóller, que también se trasladaron al lugar.
Según los primeros indicios el cuerpo no presenta signos de
violencia, por lo que la principal hipótesis que se baraja es que
el hombre pudo fallecer de un infarto cuando se disponía a subir a
la lancha. De hecho, los efectivos del 061, que sólo pudieron
certificar su muerte, descubrieron espuma alrededor de la boca. No
obstante, hoy se le realizará una autopsia para esclarecer
definitivamente las causas del deceso.
Otro de los puntos por aclarar es su identidad, ya que el hombre
iba indocumentado. Según explicó ayer el regidor de Governació del
ayuntamiento, Josep Lluis Casesnoves, ayer se investigaban varios
de los objetos que llevaba en los bolsillos para intentar averigar
de quién se trata. Uno de los primeros pasos de la Policía Judicial
fue buscar en los archivos de denuncias por desaparición
presentadas en los últimos días.
Ayer también se intentaba esclarecer si el hombre iba a
dirigirse en la zódiac hacia alguno de los yates amarrados en aguas
del Port de Sóller. La Policía Judicial de la Guardia Civil se
encargó de las diligencias del caso y dio aviso al juzgado de
instrucción número 7, que ayer se encontraba en funciones de
guardia. El juzgado delegó en el juez de paz de Sóller, que ordenó
el levantamiento del cadáver sobre las 09.45 horas y su traslado al
Anatómico Forense de Palma.
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