Todo ese material militar ha llegado a la incineradora de Son Reus y, por fortuna, los encargados lo han detectado a tiempo, antes de que fuera triturado. En ese caso, se podría haber registrados una tremenda explosión, ya que tanto el proyectil como la granada contenían una considerable carga explosiva. Los TEDAX (Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos) de la Jefatura de Palma se han desplazado tres veces, desde febrero, hasta Son Reus y han procedido a detonar de forma controlada ese material obsoleto, que procede al parecer de la Guerra Civil española.
La detonación del proyectil de mortero, de 90 milímetros, provocó un cráter de un metro de profundidad y el estrépito se escuchó a cuatro kilómetros de distancia. En el operativo policial, que tal y como informamos ayer se llevó a cabo al mediodía del martes, participaron numerosos agentes, que cortaron la carretera de forma provisional y acordonaron la zona, para que no se acercara al explosivo ningún curioso. Los investigadores tienen la certeza de que el que tira los explosivos a los contenedores de basura es un coleccionista, que quiere deshacerse de ellos rápidamente.
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