Los equinos son utilizados en verano para circuitos con turistas y el presunto responsable de la castración casera es su propietario, que hace unos meses ya fue denunciado por otro caso de brutalidad contra animales. En concreto, en noviembre del año pasado se descubrió que unos caballos de su propiedad estaban atados y apenas podían moverse, por lo que ADDA cursó la correspondiente denuncia. El nuevo caso se descubrió poco antes de la Semana Santa, cuando al menos tres caballos de la misma finca aparecieron capados con un artilugio utilizado hace muchos años por algunos payeses. Se trata de un mecanismo que provoca mucho dolor a los animales, según ADDA, y que desde hace tiempo ha sido sustituido por las intervenciones quirúrgicas veterinarias, más seguras e indoloras.
Ahora, está previsto que el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil abra diligencias para aclarar si las castraciones en Capdepera son legales y también para confirmar si hay más animales que han sufrido las amputaciones.
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