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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
El encargado de un restaurante de Cala Murada (Manacor) se enfrenta a una petición de dos años de cárcel por golpear a un camarero, que estuvo a punto de morir por una perforación de pulmón.

El punto más importante del juicio era demostrar la relación entre las lesiones que sufrió la víctima y la agresión, ya que los golpes no parecían ser tan importantes como para causar las graves secuelas que padeció.

El conflicto entre los dos empleados se remonta al 11 de agosto de 2002 cuando el encargado, Manuel E.A.C., ordenó al camarero que limpiase los cristales del local y éste se negó. A partir de ahí ambos comenzaron a discutir y llegaron hasta un pequeño patio. Según algunos testigos el agresor, mucho más fornido que la víctima y aficionado al boxeo, le agarró por el cuello, amagando con darle un puñetazo. El único testigo que aseguró haber visto cómo le golpeaba «por detrás y con el puño» fue la mujer del camarero.

El caso es que al acabar la discusión, el hombre comenzó a sentirse mal. «Se puso verde, tosía y apenas podía caminar, por lo que tuve que llevarlo en coche al hospital de Manacor», aseguró su mujer. Al día siguiente fue trasladado a Son Dureta, donde le diagnosticaron una perforación de pulmón. Allí, una doctora les explicó que este tipo de lesión es muy poco habitual. Al saber que hubo una pelea, les animó a denunciar los hechos.

A pesar de la querella, que ha desembocado en el juicio penal y una petición de 36.000 euros de indemnización, la mujer de la víctima confirmó que tanto ella como su marido seguían acudiendo al restaurante y no considera al acusado como un agresor, porque «todo fue un accidente».