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JAVIER JIMÉNEZ
Cuatro kilómetros en dirección contraria, en un coche robado y bajo los efectos de las drogas. La Guardia Civil de Palma tuvo que disparar contra un 'kamikaze' que puso en serio peligro a otros conductores en las inmediaciones de las cuestas de Xorrigo y que intentó escapar en varias ocasiones de los agentes.

El incidente ocurrió a las cuatro y media de la tarde, hace algunos días, cuando el subsector de Tráfico de la Guardia Civil recibió llamadas desde teléfonos móviles de conductores alarmados por la presencia de un 'kamikaze'. El conductor pilotaba un Opel Kadett robado en Manacor y circulaba por un tramo en obras, de un solo carril. Esa circunstancia hacía especialmente arriesgada su conducción, ya que el resto de vehículos casi no tenían espacio para esquivarlo. Todos los efectivos disponibles se pusieron en marcha para dar caza al temerario, que a lo largo de cuatro kilómetros creó el pánico. Cuando por fin uno de los coches patrulla le dio alcance el piloto, identificado como M.G.L., de 34 años, siguió su carrera alocada, sin hacer caso de las señales luminosas ni del acoso policial.

De improviso realizó una maniobra brusca y atravesó una valla que separa la carretera principal de otra secundaria. Siguió en dirección prohibida por aquella vía, con la Benemérita pisándole los talones, y volvió a embestir a otra barrera de separación. Entró de nuevo en un carril paralelo y enfiló otro tramo, ya completamente rodeado por vehículos policiales. En su enésimo intento desesperado por huir se empotró contra una de las dotaciones de Tráfico, causando daños materiales en ambos coches. Aún así, tuvo tiempo de reaccionar y trató de introducirse contra dirección en otra vía, donde la circulación era muy densa. Uno de los guardias civiles, consciente de que la maniobra podía acabar en tragedia, desenfundó su arma reglamentaria y efectuó al menos dos disparos contra las ruedas del Opel Kadett, que le impactaron de lleno y reventaron los neumáticos. El automóvil, al fin, quedó detenido, pero M.G.L. no se daba por vencido. Saltó felinamente del habitáculo y emprendió la huida a pie. Intentó adentrarse campo a través, pero la Benemérita le dio alcance y lo redujo. Iba bajo los efectos de las drogas y, de súbito, empezó a encontrarse mal y vomitó.