Jerónima Nicolau era muy conocida en Binissalem.

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M.NADAL/E.L.V.
El número 66 de la calle Goleta de Binissalem vivió ayer un constante goteo de vecinos, que se pasaron para dar el pésame a los familiares de Jerònima Nicolau Martí, la mujer de 95 años que murió quemada en el salón de su casa. Los vecinos reaccionaban ayer con incredulidad a lo sucedido, a la vez que ofrecían su apoyo a los nietos de la mujer.

El fuego comenzó sobre las 19.30 horas del viernes y, según varios testigos, todo ocurrió en apenas 10 minutos en los que no se pudo hacer nada para salvar la vida de la mujer.

La nuera de Jerònima se encontraba en el piso superior al de la anciana, cuando comenzó a percibir que llegaba un denso humo desde el salón de la primera planta. Después de bajar rápidamente las escaleras intentó entrar en el cuarto, donde estaba Jerònima postrada en su silla de ruedas. Sin embargo le resultó imposible ayudarla, porque el humo invadía toda la habitación. La mujer fue atendida por efectivos del 061 por inhalación de humo y trasladada a un hospital de Palma, donde ayer aún se encontraba ingresada, y muy conmocionada por lo sucedido.

Muchos de los vecinos que saludaron a sus hijos, en Binissalem, ofrecieron su total apoyo a la familia. «Nadie se merece morir así», decía ayer uno de los allegados de la familia. Las investigaciones preliminares apuntan a que el fuego se inició en el brasero eléctrico del salón, pasando rápidamente a los bajos de un mantel. Las llamas se extendieron con rapidez en una sola dirección y quemó gran parte del salón, aunque la estructura de la vivienda no se vio afectada.