Las llamas se iniciaron a las cuatro menos veinte minutos de la madrugada de ayer. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ
Seis intoxicados, cinco vehículos quemados, dos carteles de tiendas fundidos, un árbol arrasado y la fachada de un edificio ennegrecida es el resultado de un incendio intencionado que se declaró ayer de madrugada en la calle General Ricardo Ortega, en Palma.

El fuego comenzó a las 3.40 horas en una furgoneta que llevaba dos años abandonada en la vía pública, enfrente del número 54. Esa circunstancia indignó a los vecinos, que opinaron que «hace tiempo que deberían haberla retirado». A esa hora el vehículo quedó envuelto en llamas y el fuego se propagó a dos Seat Ibiza -uno de ellos nuevo-, a una motocicleta de la marca Yamaha y a una segunda furgoneta, que con su volumen fue la que paró el efecto dominó del incendio. Aquel tramo de la calle, muy cerca de la Comandancia de la Guardia Civil, quedó convertida en una tea y los vecinos, uno a uno, fueron bajando de sus casas, con el susto en el cuerpo. Seis de ellos inhalaron el denso humo y sufrieron intoxicación de pronóstico reservado.

Fueron atendidos en el hospital de Son Llàtzer. Los bomberos de Palma atacaron los dos extremos del siniestro, para que las llamaradas no se extendieran aún más, y durante una hora arrojaron agua sobre los esqueletos de los vehículos. Un árbol sufrió las altísimas temperaturas y dos carteles de unas tiendas próximas se fundieron por aquel efecto.

La Policía Local, el Cuerpo Nacional de Policía y algunos guardias civiles acudieron hasta ese punto de la calle General Ricardo Ortega, movilizados por el centro de emergencias del 112. El 092 recibió numerosas llamadas de vecinos de la zona, alertados por aquel resplandor. Las llamaradas alcanzaron dimensiones espectaculares y prueba de ello es que las tres alturas de un edificio quedaron chamuscadas y ennegrecidas.

Hace ya un tiempo un coche estacionado no muy lejos del número 54 quedó envuelto en llamas, también por obra de un pirómano. La policía está realizando ímprobas gestiones para detener al incendiario y los agentes se entrevistaron con algunos residentes para saber si habían visto a algún sospechoso a la hora del incendio.