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J.JIMÉNEZ
Un ciudadano alemán que ayer al mediodía quemaba rastrojos en una finca de Muro murió de un infarto y cayó sobre las llamas, carbonizándose parcialmente el cuerpo, según confirmaron en fuentes del 112 y de la Guardia Civil.

A las 12.30 horas fue descubierto el cuerpo sin vida del extranjero, junto a un incendio agrícola descontrolado. Los bomberos de Can Picafort sofocaron las llamas, próximas a una casa, y un médico del centro de salud fue el primero en intentar reanimar a la víctima. Tenía los zapatos y pantalones quemados y no se pudo hacer nada por él. La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y una ambulancia del 061 confirmó el fallecimiento. La víctima padecía serios problemas cardíacos y todo apunta a que mientras estaba realizando una quema controlada para limpiar los rastrojos de su finca se sintió indispuesto y se desplomó.

Las llamas se extendieron y llegaron a su cuerpo, aunque casi con toda seguridad ya estaba muerto. El juzgado de instrucción de Inca, que ayer estaba de guardia, fue informado del óbito y hoy está previsto que se le practique la autopsia, que permitirá saber, entre otros detalles, si cuando el fuego le alcanzó ya era cadáver. La Policía Local también se personó en aquellos terrenos de Muro. Ayer tarde todavía permanecían sobre el cañizo chamuscado un zapato quemado, de la víctima, y restos de su ropa, igualmente carbonizados. La noticia fue ampliamente comentada en Muro durante todo el día.