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La Policía Local de Calvià ha iniciado su particular guerra contra los vendedores ambulantes ilegales que pretenden hacer «el agosto» en las playas del municipio. La presencia de estos vendedores de frutas, refrescos y demás productos perecederos ha provocado las quejas de varios comerciantes de las zonas turísticas. «Son grupos de ocho o diez personas, están organizados, no tienen permiso, dan mala imagen y muchos de ellos crean problemas a los turistas y cometen hurtos», explica un comerciante de Santa Ponça. También, el dueño de un supermercado que está junto a la playa indicó: «Vienen a comprar fruta tantas veces como la policía se la requisa. Si te metes con ellos los hay que son peligrosos y te amenazan». Otro comerciante comentó resignado: «La Policía hace un buen trabajo, pero es una lucha inútil».

Muchos de los vendedores ambulantes sin licencia son conocidos por la Policía porque aparecen por las playas de Calvià desde hace años. Por ejemplo, en Santa Ponça hay una colla que se dedica a vender fruta y en Magaluf hay un grupo de jóvenes que vende latas de bebidas.

Unos 40 agentes se dedican a patrullar por las playas de Calvià. Cada vez que ven a un vendedor ilegal ofrecer algo a un turista le hacen una seña para que salga de la playa. Los agentes requisan el género y denuncian al vendedor sin licencia. Los hay que acumulan más de 50 denuncias, aunque la mayoría no se pagan.