TW
0

EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Un enorme monitor en la sala de control de Son Reus mostraba ayer, en blanco y negro, decenas de sacos y paquetes cayendo en uno de los hornos de incineración. Los paquetes contenían 328 kilos de hachís, 133 kilos de plantas de marihuana, 141 kilos de cocaína y 36.500 comprimidos de éxtasis. En total, 712 kilos de sustancias estupefacientes, intervenidas en 2.915 actuaciones de policía, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera. Se trata de partidas que ya han dejado de ser consideradas como pruebas en procesos judiciales.

Socías ofreció ayer también los datos de la droga intervenida en los cinco primeros meses en Balears, destacando la partida de 5'3 kilos de heroína, un 111 por ciento más que en todo el año 2005. El delegado mostró su preocupación por el hecho de que esto signifique un repunte del consumo de esta sustancia «mucho más destructiva para la persona y la sociedad» que otras drogas como la cocaína.

Junto a la pantalla, el delegado del gobierno, Ramón Socías, y el vicepresidente del Consell, Miquel Nadal, comentaban los pasos de destrucción de la droga. Socías destacó la importancia de la lucha contra el tráfico a pequeña escala para aumentar la sensación de seguridad en las Islas. Dentro de esta lucha, el delegado subrayó la importancia de iniciativas como los Plan Focus, llevados a cabo para acabar con el menudeo en las barriadas de Palma o en las actuaciones en el entorno de los centros escolares. En este sentido, agradeció el papel de las policías locales de la part forana.

Además de los cinco kilos de heroína, fueron intervenidas 9.779 pastillas de éxtasis, 18'8 kilos de cocaína, 24'8 de hachís, 4'4 de marihuana, 0'5 de speed y 606 mililitros de éxtasis líquido.

Tras exponer estos datos, una procesión de periodistas subió los tres pisos de escaleras metálicas de Son Reus hasta la sala de control. Después de arrojar la droga a la tolva de un horno, un trabajador de TIRME vestido con un mono verde puso en marcha unos enormes «pulpos» metálicos que iban enganchando cargas de 3.000 kilos de residuos urbanos del interior de unos grandes depósitos. La basura iba cayendo sobre las drogas, hasta llegar a completar los nueve toneladas de capacidad del horno. Después, unas barras hidráulicas comprimieron la basura. Finalmente, todo el contenido fue incinerado ante la presencia de una secretaria judicial, que dio fe de todo el proceso.

Al margen de la quema de drogas, el delegado quiso aprovechar el acto de ayer para expresar su malestar por las críticas a la seguridad ciudadana en Balears expresadas hace pocos días por el conseller de Interior, José María Rodríguez. «Algunos deberían explicar por qué antes había más delitos y menos policías, al contrario que ahora», dijo el delegado, quien explicó que «no me gusta el alarmismo en temas de seguridad ciudadana».

Junto a Ramón Socías y Miquel Nadal, al acto de incineración asistieron el comandante de la Guardia Civil, Jaume Barceló, y el comisario del Cuerpo Nacional de Policía, Alfonso Jiménez.