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JAVIER JIMÉNEZ
María de las Nieves R.L., la vecina de Llucmajor acusada de dejar a su hijo adoptivo en coma por una paliza, permanece en la enfermería de la prisión y se le ha aplicado el protocolo para evitar que se suicide. La acusada es vigilada día y noche y estará una semana en observación.

La sospechosa se encuentra en un estado anímico muy bajo y desde que ingresó en el centro penitenciario, en la noche del jueves pasado, quedó recluida en la enfermería, donde un equipo la vigila las 24 horas, para que no atente contra su vida. Además de trabajadores del centro, también otras internas de confianza están atentas a la nueva compañera. Desde el hospital de Son Dureta se informó ayer de que el estado del menor rumano agredido continúa siendo muy grave, y sigue en estado de coma profundo, con ventilación mecánica. Está ingresado en la UCI de pediatría, con politraumatismos y una fractura craneal.

El menor fue adoptado hace cuatro años, cuando él tenía dos, y se instaló con sus padres, José y María de las Nieves, en un chalet de la calle Dofí, en la urbanización de Tolleric, en Llucmajor. Los vecinos no habían advertido nada extraño, pero la policía sospecha que la madre adoptiva empezó a maltratar al pequeño rumano desde muy temprano. De hecho, ingresó en numerosas ocasiones en hospitales, aunque no se pudo confirmar que fuera por agresiones.

El pasado martes, el niño, según la versión de la madre, no quiso hacer los deberes y ella lo zarandeó con fuerza, escuchando cómo crujían los huesos. Antes, la acusada había negado cualquier relación con el coma de su hijo y sostuvo ante el Grupo de Homicidios que se había caído. El padre, un fontanero llamado José R.M., está en libertad con cargos y no puede acercarse a la criatura por orden judicial.