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JAVIER JIMÉNEZ
Un camionero de 48 años, con problemas de alcoholismo, ha confesado que entre 2004 y 2006 quemó dos camiones valorados en más de 180.000 euros (unos 30 millones de las antiguas pesetas) porque había sido despedido de ambas empresas.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de Pollença llevaba tiempo tras la pista de José F.R., según informaron ayer en fuentes del juzgado de Inca que tramita el caso. En el mes de noviembre de 2004 ardió un camión estacionado en una calle de Muro, y curiosamente ese mismo vehículo ya había sido atacado por un pirómano en el mes de marzo, aunque en aquella ocasión no se incendió. El 14 de junio pasado el incendiario actuó de nuevo y se descubrió que en ambos ataques había un factor en común: un camionero despedido que había trabajado para ambas empresas.

El cerco se estrechó entorno a José F., que fue detenido hace unos días. Ante los investigadores negó las imputaciones, pero luego se derrumbó ante el juez y confesó. Alegó que le debían dinero y que se encontraba muy ansioso. El acusado ha quedado en libertad con cargos, pendiente de juicio, y tendrá que hacer frente a los cuantiosos daños que causaron los dos incendios en Muro y sa Pobla.