El capitán de la Guardia Civil de Palma a su salida del tribunal de Wüppertal, ayer por la tarde. Foto: M.KEHREN

TW
0

JAVIER JIMÉNEZ
Por espacio de dos horas Bartolomé del Amor, capitán de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Palma, desgranó ante el tribunal alemán de Wüppertal los detalles más relevantes del crimen de 'Stefi'. El mando que aclaró el caso y el forense mallorquín Julio López Bermejo fueron ayer los dos testimonios de peso en la corte que juzga a Thorsten T. por el asesinato de la adolescente de s'Arenal.

Del Amor, apoyado por un traductor, relató, paso por paso, la investigación que dirigió entre agosto de 2002 y enero de 2003. Su declaración se inició a las 13.15 horas y el primero en abordarle fue el presidente juez del Tribunal. A continuación respondió a las preguntas del abogado de la acusación particular y después del fiscal. El último en preguntar fue el letrado defensor de Thorsten, que sólo se interesó por algunas fechas y la confusión que había surgido entorno a ellas. Del Amor reconoció que en un principio el alemán no aparecía entre los sospechosos, sobre todo porque se desconocía que la madre de 'Stefi' le había alquilado una habitación en su casa de la calle Sant Bartolomé, en s'Arenal. Se investigó a su padrastro y a amigos de la adolescente, hasta que surgió la siniestra figura de Thorsten. «Está claro que es un psicópata y que el móvil del crimen fue sexual», argumentó el capitán. Contó, con detalle, cómo un dato fue clave en el esclarecimiento del caso: Stefanie apareció muerta en una finca, vestida con ropa interior y calcetines. Lógicamente alguien la sacó de casa, ya que no pudo pasear con esa indumentaria, y sólo Thorsten estaba con ella esa noche del 2 de agosto de 2002. Además, faltaba una manta, con la que debió de envolver el cuerpo. Y más pruebas: días antes el inquilino alemán había comprado en una farmacia de s'Arenal 500 mililitros de cloroformo, con los que supuestamente narcotizó a Stefie. Del Amor explicó que el acusado le pidió prestado el coche a su jefe, para trasladar en el maletero el cadáver de la chica, envuelto en una manta. Y el último punto en contra de Thorsten: huyó de Mallorca dos días después de aparecer el cadáver.