El accidente ocurrió el 26 de marzo de 2005 en la Carretera Militar, a escasos metros del Hotel Alejandría, establecimiento en el que la pareja pasaba sus vacaciones. Ese día, Francisca de Frías y su esposo decidieron salir a dar una vuelta. Ya de regreso al hotel, cruzaron la calle por un lugar en el que no hay paso de cebra justo en el momento en que el conductor pasaba por el lugar. El joven frenó, dejando una huella de 19 metros sobre el asfalto, aunque no pudo hacer nada para evitar el brutal atropello. La mujer murió casi en el acto y su marido resultó herido de gravedad. Sin embargo, el conductor no se paró y huyó del lugar. La Policía Local de Palma se hizo cargo de la investigación y la primera prioridad fue localizar al conductor fugado, para lo cual se pusieron en contacto con la Policía Local de Llucmajor, el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, realizando un gran despliegue que acabó varias horas después en Son Verí Vell, donde el coche fue hallado abandonado y con las llaves puestas.
En principio se barajó que el coche pudiera haber sido robado y abandonado por el ladrón en la urbanización, aunque al ver que el vehículo no tenía el «puente» se pensó que era el mismo dueño quien lo decidió abandonar en un ataque de pánico tras el accidente.
En principio el fiscal pedía dos años de prisión y una indemnización millonaria para los familiares de los fallecidos. El acusado, no obstante, ya ha pagado casi todo el dinero.
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