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JAVIER JIMÉNEZ
Un joven vecino de la calle Benito Pérez Galdós, una travesía de las Avenidas de Palma, puso en jaque en la medianoche de ayer a efectivos de la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía, que se habían movilizado tras atacar el muchacho a su madre y a un hermano con una escopeta y cuatro katanas.

Pasadas las 23.30 horas los vecinos de aquel edificio llamaron muy preocupados al 092 y 091. Denunciaban que «un francotirador» estaba asomado en un balcón, apuntando con un arma de fuego a una mujer y su hijo. Numerosos efectivos acudieron rápidamente hasta esa dirección y confirmaron que el sospechoso estaba en el balcón, esgrimiendo una escopeta y una katana (espada oriental). A pie de calle sus familiares huían despavoridos, mientras él les arrojaba objetos decorativos que se estrellaban contra la acera. La puerta de la casa estaba cerrada y los agentes, dada la gravedad de los hechos, la forzaron e irrumpieron en el interior. En el sofá había otra espada, semidesenvainada. El joven se había descolgado al piso inferior, con la intención de huir, pero fue 'cazado' por otros agentes que habían rodeado la finca. Ofreció tenaz resistencia y al final fue reducido. En la vivienda aparecieron el resto de katanas y el arma de fuego, en distintas habitaciones.

La madre y el hermano, que estaban heridos, contaron que Francisco, el acusado, llegó al piso a las nueve y media de la noche, muy nervioso. Agredió a la progenitora con la escopeta y con una antena de un coche y luego intentó herirla en el vientre con una de las katanas. La mujer consiguió huir y el agresor, de 21 años, también salió de la casa. Su hermano lo buscó y lo localizó en Son Gotleu, mientras intentaba comprar droga a un inmigrante de color. Lo convenció para que regresara a casa y ya de vuelta la emprendió a golpes contra él y la madre, de nuevo. También los encañonó con el arma, aunque no llegó a apretar el gatillo. En un bolsillo de Francisco se encontraron 310 euros con los que supuestamente iba a comprar los estupefacientes.