Marcelo R. levanta los brazos mientras explica su versión ante la comisión judicial.

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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
La comisión judicial de Inca realizó ayer una reconstrucción del crimen de Francil Vinicio Jiménez Barzallo, el ecuatoriano de 30 años que fue atropellado el pasado 16 de julio en una finca de Sencelles en el transcurso de una fiesta. El único acusado, Marcelo R., de 46 años, llegó esposado en una furgoneta de la Guardia Civil pasadas las 10.30 horas de la mañana. El detenido explicó durante cerca de hora y media su versión de los hechos en la finca, aunque incurrió en numerosas contradicciones con respecto a declaraciones anteriores.

Tras escuchar las explicaciones de Marcelo R., se realizó la primera audiencia de cargo de jurado. En ella, el fiscal ha concretado una imputación por asesinato, mientras que la acusación particular sostiene que se trata de un homicidio.

La muerte de Francil tuvo lugar de madrugada, en el patio de la finca que había alquilado con un amigo apenas un mes y medio antes. Al parecer, la tensión surgió muy pronto entre víctima y asesino, que habían trabajado en la misma empresa de aguas aunque no se conocieron hasta esa misma noche. La víctima decidió marcharse de la casa un rato, aunque regresó muy bebido y agresivo. En un momento dado se produjo un forcejeo entre Marcelo y Francil. Éste último se marchó y regresó al cabo de un momento con un cuchillo en la mano, con el que comenzó a amenazar a los presentes para que se fueran de su finca.

Marcelo se subió a un coche de la empresa de aguas con su esposa, un Opel Corsa que ayer seguía en la finca, precintado y con un fuerte golpe en la parte delantera. Por ello, la reconstrucción de este hecho concreto se realizó usando otro vehículo.

Según el detenido, Vinicio siguió hostigándole, por lo que Marcelo arrancó el coche y atropelló a Franjil sin querer, ya que se le escapó el embrague.