Una familiar del herido, que ayer por la mañana estaba con él en la clínica, explicó: «Se está recuperando, pero ahora mismo tiene sordera por la explosión, un poco de afonía, está muy aturdido y todavía no recuerda muy bien lo que pasó».
El herido trabaja desde hace unos diez meses en la construcción del túnel de sa Mola, pensado para eliminar el tráfico de la primera línea del Port de Sóller. El sábado por la mañana se encontraba en la obra junto a un capataz y un vigilante de seguridad. Estaban realizando quemas controladas de tubos de Goma 2, cuando uno de los cartuchos explotó provocando una gran onda expansiva que «le cogió a cuatro o cinco metros», explicó la familiar de Manuel.
El vigilante de seguridad sufrió lesiones en los tímpanos y fue trasladado en una ambulancia del 061 a la Clínica Rotger de Palma, donde se le practicó un reconocimiento médico, aunque poco después fue dado de alta. La onda expansiva destrozó las casetas de obra situadas junto a la entrada del túnel y también provocó una lluvia de piedras hacia el exterior.
Algunas de estas piedras impactaron contra un taxi que circulaba por las proximidades, si bien no hubo daños personales.
La quema de los restos explosivos, que son utilizados para realizar las perforaciones en la roca, normalmente se realiza de una manera muy controlada, aunque en esta ocasión algo falló.
La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación para aclarar el motivo de la explosión en el interior del túnel.
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