Varios miembros de la brigada mallorquina se internan en una zona arrasada por el fuego. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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Jaime Moreda (Galicia)
A las cuatro de la mañana de ayer llegaban a Santiago de Compostela trece mallorquines y tres camionetas 'pick up' provenientes de Palma, de donde habían salido el viernes por la mañana. Cinco horas más tarde, ya estaban junto a sus otros diez compañeros dispuestos a "poner toda la carne en el asador" en que se han convertido los montes de Galicia. Tras desayunar, la expedición mallorquina recibió instrucciones de la Xunta de Galicia de volver a la misma zona (los montes cercanos a la localidad de Noia, a 45 kilómetros de la capital gallega) donde habían estado trabajando el día anterior.

A bordo de los tres 'pick up' y de dos todoterrenos cedidos por la Xunta, partieron los 23 mallorquines hacia una zona cuyo desastre era visible a varios kilómetros gracias al delatador humo. El grupo realizó una parada en una gasolinera y allí un vecino dio las gracias a Ricardo Franco por venir desde tan lejos a ayudar. «Esto es lo más grande que te pueden decir», comentó emocionado el técnico del Ibanat. Llegar hasta el lugar no fue tarea fácil y fue necesaria la labor de una excavadora que allanara en los posible el escarpado y pedregoso terreno.

El contingente mallorquín se dividió en dos grupos. Uno se dedicó a trabajar en una pista forestal creada para evitar que el incendio de una parte del bosque no llegara a otra que no había sufrido el efecto de las llamas. Para ello dejaron que se quemara por completo la zona afectada y la mojaron posteriormente con las mangueras para que ya no hubiera posibilidad de que vuelva a arder.