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JAIME MOREDA
Durante las últimas décadas, numerosos bosques de Galicia se han replantado con eucaliptos, árboles que se adaptan perfectamente a las condiciones meteorológicas de Galicia, además de ser utilizados para la fabricación de pasta de papel. Pero si hay un incendio son presa fácil de las llamas, ofrecen poca resistencia al fuego y además, a altas temperaturas, las pavesas salen disparadas ayudando a la propagación de otros focos incendiarios. Esta explicación la ofrece Juan Lillo, quien juntamente con Jaume Gual y Xisco Lillo estudiaron en la Escuela de Capataz de Forestal; Juan Lillo en la de Pontevedra y sus otros dos compañeros en la de Santiago de Compostela.

El tojo es una leguminosa espinosa que crece muy bien bajo el eucalipto y también se quema muy fácilmente. Además, también es muy frecuente en estos lugares el pino de Monterrey, muy apreciado por la industria maderera, pero que tampoco ofrece gran resistencia al fuego. Y es que, aparte de las acciones de los desalmados que esán causando el caos desde hace 10 días, quemando una superficie parecida a la de Eivissa, el hecho de que cada vez se pierda más la masa arbórea autóctona (roble, castaño, aliso, sauce, avellano o laurel) y se sustituyan por estas otras especies, no ayuda en nada a que las llamas pierdan virulencia, sino todo lo contrario. «Mientras haya eucaliptos y pinos, Galicia será una tierra pirófita», sentencia Juan Lillo con un semblante serio.