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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
La Guardia Civil y la Policía Local de Marratxí se encontraron con un inesperado «regalo», al acudir el pasado lunes por la mañana a lo que en principio parecía ser un nuevo episodio de violencia doméstica. Todo comenzó cuando una patrulla recibió una llamada, alertando de que un hombre estaba pegando a su mujer en presencia de su hijo de 18 años, en una casa de la urbanización de Son Daviu de Marratxí. Al llegar, los agentes se encontraron con varios policías locales, que les explicaron que el hombre y la mujer se pegaban e insultaban mutuamente. La mujer tenía lesiones leves en el cuello, mientras que su marido estaba encerrado en el baño, gritando que era toxicómano y que se iba a suicidar inyectándose droga con una jeringuilla. Los agentes recomendaron a la mujer y al hijo que salieran de la casa. Al ver que el hombre no cedía, echaron abajo la puerta del baño y lo detuvieron. De manera sorprendente, el hombre llevó a los agentes a un cobertizo en el jardín de la casa. Allí les entregó un bote de cristal en el que había varias bolsitas con cocaína, y les explicó que su mujer enterraba más botes con droga en el jardín, y que luego la vendía. Según su primera versión, la pelea había comenzado porque él desenterró uno de los botes y ella le había descubierto. Ante la Guardia Civil siguió culpando a su mujer, por lo que ésta fue detenida y puesta a disposición del juzgado de guardia.

Sin embargo, cuando le tocó declarar ante el juez el marido confesó que la droga no era de su esposa sino suya y que se la había «encontrado» en un descampado de Son Banya, tres días antes, y que sólo la quería para consumo propio. También admitió que su mujer nunca llegó a saber nada.

El caso acabó con el hombre detenido por lesiones y narcotráfico. Se da la circunstancia de que el marido ya fue detenido el 21 de julio por otro episodio de malos tratos.