TW
0

EFE-MÉXICO
La captura el pasado lunes del presunto capo mexicano Francisco Javier Arellano Félix, alias «El Tigrillo», representa el «exterminio» del cartel de Tijuana, aunque puede derivar en «ajustes de cuentas» entre los remanentes de la banda, anunció ayer el Gobierno de México.

El procurador (fiscal) general mexicano, Daniel Cabeza de Vaca, señaló que el arresto de Arellano se produjo tras catorce meses de pesquisas y trabajo «conjunto» con las autoridades estadounidenses.

Arellano Félix, uno de los presuntos criminales más buscados en México y EEUU, es sospechoso de introducir toneladas de droga emediante túneles excavados bajo tierra.

Cabeza de Vaca añadió que el arresto del pasado lunes se sumó a los golpes propinados desde 2001 al cartel de Tijuana, un clan familiar con sede en la fronteriza ciudad del noroeste mexicano del mismo nombre, con la muerte de uno de los hermanos de Arellano Félix (Ramón, en febrero de 2002) y la captura de otro (Benjamín), en marzo del mismo año.

Cabeza de Vaca dijo que la detención de «El Tigrillo» «puede generar violencia y luchas internas en el cartel de Tijuana (porque) ellos no saben quién lo delató y por eso empiezan algunos ajustes de cuentas entre ellos».