La embarcación tiene un elevado valor, sobre todo por la potencia de sus motores. Foto: JOAN SOCÍES

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La planeadora fue descubierta a las siete de la mañana del domingo, en la playa Tropicana, muy cerca del hotel del mismo nombre. Se trata de una embarcación de diez metros de eslora, dotada de tres motores de 200 caballos de potencia, lo que le confiere una punta de velocidad tremenda. Hasta el momento no se han practicado detenciones.

La Guardia Civil fue informada de la aparición de la lancha y varios efectivos se desplazaron a la playa para examinarla. No llevaba matrícula ni ningún dato para identificarla, como es habitual en las naves utilizadas por narcotraficantes, y presentaba algunos desperfectos recientes. Este detalle llamó la atención de los investigadores, que no descartan que fueran los mismos 'narcos' que habían varado la lancha quienes la hubieran dañado, quizás para que nadie la utilizara. En cualquier caso, los agentes han abierto una investigación y se barajan varias posibilidades. Una de ella, la que se antoja más factible, es que la lancha fue utilizada de noche en un desembarco importante de droga, en la costa de Manacor. Luego, sus tripulantes se deshicieron de ella y la subieron a la arena, en la playa Tropicana.

El trabajo estaba hecho, por lo que seguir a bordo de la planeadora sólo podía traerles problemas. Especialistas en la lucha antidroga explicaron que con los tres motores de 200 caballos de potencia la hacían «prácticamente inalcanzable, porque esa lancha casi vuela». Ayer por la tarde estaba previsto que la embarcación fuera retirada de la playa, para un examen más detallado. Se da la circunstancia de que la cala donde apareció la lancha tiene únicamente acceso desde tierra, sin duda un detalle que tuvieron en cuenta los tripulantes a la hora de escoger la playa.

Las planeadoras se utilizan exclusivamente para cubrir enormes extensiones de millas náuticas en el menor tiempo posible y son capaces de albergar varias toneladas de droga, generalmente hachís y también cocaína. En los últimos años se han descubierto algunas de ellas en la costa mallorquina, pero no abundan los casos.