05/09/06 0:00
MICHELS
Una vez más, la realidad ha superado a la ficción. La siguiente historia ocurrió el sábado por la tarde en el cementerio de s'Arracó. Una vecina fue a la tumba de un difunto y al entrar en el recinto oyó ruidos en el interior de un nicho -como si alguien estuviese rascando en la pared-, a dos metros de profundidad. La mujer se llevó un gran susto, pero miró lo que pasaba y después llamó a la policía para avisar de que había una cabra dentro de una tumba.
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