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El Bar Son Flo está en la calle Joaquín Caldentey, a poca distancia del Ono Estadi (Son Moix), y es la sede de una peña del Mallorca que tiene unos 80 socios, la mitad de los cuales son ingleses. El domingo, un gran número de socios de la peña y clientes del bar vivieron uno de sus peores días y no fue por el pésimo encuentro entre el Mallorca y el Deportivo, sino por los incidentes que se produjeron en el establecimiento.

Según testigos, diez minutos antes de empezar el partido, un niño de unos 11 años de etnia gitana entró en el bar y trató de quitarle el teléfono móvil al hijo de un miembro de la peña. El padre se lo impidió y recriminó al niño que había tratado de robar el móvil. Este menor se marchó y al poco rato apareció en la puerta del bar un grupo de jóvenes y mujeres, también de etnia gitana, que se enfrentaron al padre y lo agredieron. El dueño del bar medió en la discusión y recibió un puñetazo en la cara que le produjo un corte en el labio. Poco después llegó la policía y se paró la discusión.

Sin embargo, después del partido se produjeron los incidentes más graves. Según los testigos, en el bar había unas 50 o 60 personas y en la plaza de enfrente un grupo de entre 30 y 40 personas de etnia gitana que portaban palos y barras de metal.

Cuatro o cinco seguidores 'radicales' del Mallorca, que estaban en el bar, pero son ajenos a la peña, provocaron al grupo que estaba en la plaza. En ese momento, estas personas entraron en el bar y empezaron a romper sillas y cristales y arrojaron botellas y ceniceros contra los clientes, que se refugiaron donde pudieron.

A uno de los seguidores radicales le rompieron la nariz mientras que otro cliente recibió un botellazo en la cara, cerca del ojo, y le tuvieron que aplicar 10 puntos. El dueño del bar también recibió un golpe en el brazo con una barra de metal.