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JAVIER JIMÉNEZ
Una inofensiva caja de galletas escondía un alijo de un kilo y medio de cocaína. La Guardia Civil ha detenido a un 'correo' dominicano que ayer llegó al puerto de Palma con aquella sustancia en su equipaje.

De acuerdo con los datos facilitados por la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma, el buque atracó a primera hora de la mañana y los pasajeros descendieron por la pasarela, en dirección a la estación marítima. Al pasar por el control de la Benemérita, uno de ellos se mostró inquieto y su actitud despertó las sospechas de los funcionarios. Escuchaba música con un aparato mp3 y simulaba leer el periódico, pero no podía ocultar su nerviosismo. Los agentes abrieron su equipaje de mano y descubrieron una caja de galletas que pesaba más de la cuenta. Dentro había un paquete rectangular envuelto en cinta adhesiva de color marrón y al abrirlo se descubrió que había un kilo y medio de cocaína. El joven fue identificado como Víctor Alfonso M.P., de 20 años, y quedó detenido por un delito contra la salud pública. Los investigadores creen que el 'correo' fue contratado por una organización mafiosa para que se la jugara, a cambio de 3.000 euros. Si conseguía entrar con la droga recibiría más encargados y si fallaba, como finalmente ocurrió, debía guardar silencio sobre sus jefes y aceptar una condena de prisión. Un detalle curioso es que la caja de galletas había sido embadurnada con café y un conocido spray nasal vendido en farmacias. La mezcla hacía muy difícil que los perros adiestrados detectaran el olor a cocaína. El dato deja bien a las claras que Víctor Alfonso fue instruido antes de embarcarse en Barcelona. Su aspecto de turista aburrido, escuchando música y leyendo, no le sirvió de mucho. Ni tampoco el ungüento con el que untó la caja.