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JAVIER JIMÉNEZ
Familiares y vecinos de María Fiol, la mujer de 83 años que murió el martes arrastrada por una riada de agua en Alaró, se congregaron ayer en la iglesia del pueblo para darle el último adiós.

El funeral comenzó a las ocho de la tarde y entre los presentes estaba Jaume Font, conseller de Medi Ambient. Desde que ocurrió el fatídico accidente en Alaró se ha hablado mucho de las consecuencias de la tormenta. La vivienda de María Fiol se inundó al ceder una pared y la anciana salió a la calle en busca de ayuda. Allí, de forma inesperada, se encontró con una riada sin precedentes, que la arrastró y provocó que se golpeara la cabeza contra un coche aparcado. Luego cayó sobre el agua, inconsciente. Los vecinos que acudieron en su auxilio no pudieron reanimarla y se vivieron escenas de gran carga emocional, ya que nadie esperaba que la tormenta se saldara de una forma tan trágica. En el pueblo, además, la lluvia multiplicó los incidentes y se inundaron otras casas y cayeron paredes. Fue una tarde muy larga para los vecinos de aquella localidad.