Uno de los aspectos más curiosos es que cada uno de los acusados acordará el pago de la multa según sus propias posibilidades económicas.
De los 24 acusados, el que se lleva la peor parte es Francisco Amaya, el único que no se quiso conformar con las penas, y que se enfrenta a una multa de 270.000 euros. La siguiente en la lista es Francisca Cortés Picazo, conocida como «la Paca», y que ya ha comenzado a pagar 108.000 euros, en seis cuotas de 18.000 euros mensuales.
El macrojuicio al clan de Son Banya duró más de dos meses. Los 26 inculpados estaban acusados de crear una red de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico. Entre otras actividades, los acusados compraban fincas, caballos, vehículos y llegaron a fundar empresas inmobiliarias. Finalmente, el fiscal ofreció un pacto para reducir las penas de prisión a cambio del pago de estas multas, que irán a parar a las arcas del Estado.
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