Tras la muerte de Noura Hichou, ayer se convocaron sendos minutos de silencio en el Consolat de la Mar y el Ajuntament de Palma.

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GUILLEM PICÓ/EMILIO LÓPEZ VERDÚ
La mujer asesinada el domingo a puñaladas en es Rafal, Noura Hichou, había denunciado en cinco ocasiones a su marido, la última hace 13 días y en los juzgados de Vía Alemania. Allí explicó al juez que su marido la estaba amenazando de muerte, advertencia que finalmente se ha cumplido. Las cinco denuncias estaban siendo tramitadas por el Juzgado de Violencia contra la Mujer y un juzgado de Instrucción. Asimismo, Rachid Bennis había sido condenado en febrero por un delito de maltrato y otro de amenazas, con una prohibición de acercarse a la mujer a menos de 500 metros durante dos años y ocho meses. Por todos estos hechos, la mujer había solicitado una demanda de divorcio, aunque estaba pendiente de resolución. Mientras tanto, habían dejado de vivir juntos desde hacía ocho meses.

La fallecida contó al juez que su marido «siempre la amenazaba de muerte» y que en mayo la agredió cuando se presentó en casa de su suegra para recoger a sus hijos. En el momento en que iba a marcharse, su marido llegó y discutieron. La disputa se desencadenó en la primera agresión por arma blanca de Rachid, que le clavó un cuchillo de cocina en un muslo, provocándole una herida por la que le tuvieron que practicar 12 puntos de sutura. Sin embargo, en esta ocasión la mujer no presentó denuncia alguna, porque su suegra explicó a la enfermera que mientras Noura limpiaba la casa se había clavado un vaso. Esta primera agresión fue contemplada por tres de sus hijas. Por su parte, el marido explicó al juez que él también había denunciado a su mujer por pegar a sus hijos.

El conflicto que ha desencadenado este nuevo episodio de violencia doméstica tuvo lugar hace escasos días. Rachid había logrado un permiso para marcharse con sus hijos a Marruecos durante tres meses aunque, según aseguró la madre, ella nunca firmó la autorización. Desde allí, el hombre telefoneó a la mujer para amenazarle con que si no le quitaba la denuncia y volvían juntos, no vería de nuevo a sus hijos. «Si no vuelves, te mandaré al cielo, yo iré a la cárcel y tú perderás a tus hijos, porque irán a un centro de menores». Noura repitió esta frase premonitoria ante el juez de guardia y ante sus vecinos de es Rafal, que ayer recordaban angustiados las amenazas. En esta denuncia, Noura explicó que sus hijos y su marido regresaron de Marruecos el 17 de septiembre, y ya entonces se quejó porque estaban «muy sucios y muertos de hambre». La mujer se hizo cargo de los menores, pero la tranquilidad sólo le duró dos días. En la mañana del martes 19 su hijo de nueve años, el mismo que ahora está en paradero desconocido con su padre, fue a buscar pan y no regresó. La madre comenzó la búsqueda. En el colegio no estaba y no supo nada de él hasta que un vecino le explicó que lo había visto en compañía de su padre y en un coche. Finalmente, logró localizarlo y el niño regresó a su casa.