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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
El paso de Rachid Bennis por los juzgados de sa Gerreria fue fugaz y estéril. El sospechoso de matar a cuchilladas a su mujer en Es Rafal el pasado domingo a mediodía compareció por la mañana ante el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Palma para declarar. Su traslado se realizó sobre las 09.15 horas entre las máximas medidas de seguridad y discreción, ya que en todo momento las autoridades impidieron grabar nuevas imágenes del sospechoso, hasta el punto de que se cerraron los pasillos de los juzgados y la policía colocó pantallas de cartón entre el acusado y la prensa para impedir captar su imagen.

Sin embargo, tal y como ya sucedió el día anterior en la Jefatura Superior de Policía, Rachid Bennis se negó a prestar declaración ante la jueza Marta Iglesias. De este modo, y apenas dos minutos después de entrar en sala, Bennis fue conducido nuevamente a los calabozos de los juzgados acompañado por su letrado Miguel Ill.

De allí, pocos minutos después, fue conducido a prisión entre los gritos de «criminal» proferidos por algunas mujeres que veían salir los furgones policiales del juzgado a toda velocidad.

En esta ocasión su traslado no se realizó a Vía Alemania, tal y como es habitual en estos casos, al tener varias causas en sa Gerreria y quebrantar la medida de alejamiento hacia su mujer impuesta hace pocas semanas.

Bennis fue detenido el pasado miércoles en un edificio utilizado como hostal de la calle Fra Antoni Llinàs del barrio de Camp Rodó de Palma. Allí se ocultó con su hijo, de nueve años, durante tres días. En todo ese tiempo, un amplísimo despliegue policial recorrió las calles de Palma hasta que finalmente fue localizado y detenido, en medio de un gran tumulto vecinal.