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PEP MATAS-GUILLEM PICÓ
La Policía Judicial de la Guardia Civil ha tomado declaración en calidad de imputado a otro hombre en relación con la muerte del inmigrante carbonizado en una finca de las afueras de Bunyola. Los agentes continúan realizando numerosas gestiones para aclarar los hechos y se siguen varias líneas de investigación. No está clara al cien por cien ninguna hipótesis y se trata de confirmar si es una muerte de tipo homicida o accidental.

Hasta ayer por la tarde se había practicado una detención -un hombre que es el dueño de la finca-, habían declarado dos hombres como imputados y un gran número de testigos. Entre estos últimos un familiar de la víctima, que lo hizo ayer tarde.

El dueño de la finca continuaba detenido ayer en las dependencias de la Guardia Civil, en Palma, y con toda probabilidad hoy será entregado en el juzgado de guardia, en Vía Alemania. Los otros dos individuos citados por la Guardia Civil en calidad de imputados fueron puestos en libertad tras declarar.

El cadáver de la víctima, un inmigrante de Mali, de 34 años, identificado como Keber K., fue hallado el miércoles por la mañana junto a una caseta en una finca de la carretera entre Bunyola y Santa María. El cuerpo estaba tan quemado que era irreconocible. Una vez practicada la autopsia se supo la identidad de la víctima y que la causa de la muerte había sido por carbonización.

Horas después los agentes arrestaron al dueño de aquellos terrenos, acusado de un delito de encubrimiento de homicidio y otro contra el derecho de los trabajadores.

Respecto a la víctima, se sabe que llevaba al menos tres años en Mallorca, se ofrecía para realizar trabajos del campo y había realizado distintas tareas en los terrenos del arrestado.

Conocidos de Keber explicaron que era muy bueno para trabajar en el campo, pero cuando cobraba se solía gastar el dinero jugando a las máquinas tragaperras y en bebida, era habitual verlo borracho, si bien no era una persona especialmente conflictiva.