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JUAN POYATOS
La Policía Local de Palma detuvo en la tarde-noche del miércoles a un conductor suicida que causó pánico en la carretera de Valldemossa. Varios vehículos que circulaban en dirección a Palma, sobre las ocho de la tarde, entre la rotonda de Emaya y la de Mapfre, se encontraron con una furgoneta que circulaba en dirección contraria y tuvieron que esquivarla. Estos conductores dieron luces a la furgoneta, gritaban e increpaban al conductor, pero éste hacía caso omiso de las múltiples advertencias y seguía acelerando en sentido a Valldemossa.

Finalmente, varios coches, poco antes de la rotonda de Emaya (confluencia con Camí dels Reis) bloquearon intencionadamente al conductor suicida, el cual se vio obligado a detenerse. En ese momento aparecieron varias unidades de la Policía Local, ya que un agente fuera de servicio les había advertido por teléfono de lo que sucedía. Los policías se aproximaron a la furgoneta, pero el conductor se negaba a bajar y quería seguir avanzando, por lo que tuvieron que sacarlo del vehículo por la fuerza.

Aunque la cosa no quedó ahí, ya que el conductor entonces se enfrentó violentamente a los agentes, insultándolos y arremetiendo contra uno de ellos. El colapso en ese momento en la carretera de Valldemossa era ya importante, ya que diversos conductores que se percataron de lo que sucedía, también bloquearon voluntariamente la rotonda con el fin de que los coches no pudieran llegar con velocidad al lugar donde se producía la detención del suicida. Para reducir a este conductor tuvieron que intervenir media docena de agentes, ya que estaba fuera de sí y no dejaba de forcejear y gritar.

Un testigo aseguró que no hubo ningún accidente grave porque la densidad de tráfico a esas horas impidió al suicida alcanzar mucha velocidad.