Esa noche quedó hospitalizado en planta y ayer por la mañana entró en quirófano para que le reconstruyeran la mano afectada por la explosión del petardo. Por la tarde, el muchacho regresó a su habitación y contó a este periódico que no recordaba todo lo ocurrido: «Sé que mi hermana encontró el petardo y que yo lo saqué al balcón. Luego explotó». La intervención quirúrgica a la que fue sometido parece ser que fue un éxito.
El accidente doméstico tuvo lugar en la medianoche del viernes al sábado, en una casa de la calle La Salle número 16, en el término de Marratxí. Según contó ayer desde el hospital la víctima, Andrés Gibert García, su hermana encontró un petardo potente y él decidió salir al balcón para hacerlo explotar. Sin embargo, el aparato le detonó en la mano y le destrozó la primera falange del dedo índice, así como quemaduras en el resto de la mano.
Los servicios de emergencia y la Policía Local de Marratxí fueron alertadas del accidente y una ambulancia acudió a la casa del menor, para atenderle. Había perdido sangre y fue evacuado hasta el hospital de Son Llàtzer, donde los facultativos le pararon la hemorragia y le estabilizaron.
Las fuentes sanitarias consultadas explicaron que el chico «había tenido mucha suerte», ya que si el petardo le llega a explosionar cerca del rostro «habría quedado terriblemente desfigurado». En los últimos meses varios jóvenes han sufrido quemaduras o lesiones por mal uso de cohetes o de petardos. En algunos de estos casos las heridas han sido severas, incluso con pérdida de algún dedo.
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