Los menores -tres de ellos españoles y uno marroquí- asaltaron el lunes por la tarde un restaurante y dos negocios del muelle, que estaban cerrados al público porque era festivo. Forzaron uno de los accesos y ya en el interior arramblaron con todo lo que encontraron a mano: helados, golosinas, aparatos electrónicos para comandas de restaurante, cañas de pescar, una cadena de música y otros efectos. La Unidad Territorial de Costas (UTC) de la Policía Local de Porto Cristo abrió una investigación y en pocas horas esclareció la oleada de robos. Detuvo, uno a uno, a los cuatro zagales implicados, que incurrieron en continuas contradicciones y, al final, acabaron confesando los tres robos. Sus padres fueron puestos al corriente de lo sucedido y acudieron al cuartel para recogerlos.
Uno de ellos contó que parte del material robado lo habían arrojado al mar, en una zona indeterminada, pero lo cierto es que de momento no se ha recuperado nada. Además, la UTC se encontró con un problema añadido: no podían aplicarle la Ley del Menor a los cuatro chavales porque tenían entre 7 y 13 años, y la citada Ley es aplicable de los 14 a los 18 años. En cualquier caso, quedaron todos ellos en libertad porque legalmente no se les podía retener por más tiempo y fue informada la Fiscalía del Menor. Algunos de los cuatro niños ya fueron sorprendidos hace unos meses robando bolsos en la playa, a los turistas. Tenían un método de lo más curioso: enterraban los bolsos en la arena, y esperaban a que se calmara la situación. Luego lo desenterraban y se marchaban del lugar, como si tal cosa. Hasta que también fueron detenidos por la UTC.
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