El alijo fue ayer expuesto a la prensa en la Comandancia de Palma. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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La mayor parte de los 7.000 kilos de hachís intervenidos en un almacén de Calas de Mallorca iban destinados a centro Europa y Gran Bretaña, según confirmaron ayer los investigadores. Entre los detenidos está un marroquí considerado como uno de los 'capos' más importantes.

La Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma facilitó ayer los detalles de la «operación Tuareg», que se inició en septiembre. Los especialistas del EDOA (Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga), perteneciente a la Policía Judicial, pincharon teléfonos y llevaron a cabo seguimientos discretos. Tras algunos meses de trabajo se llegó a la conclusión de que la banda, formada mayoritariamente por marroquíes, introducía anualmente entre 20 y 30 toneladas de hachís en el mercado europeo y que era, en consecuencia, una de las organizaciones más potentes del momento.

Recientemente se descubrió que se avecinaba un desembarco de algunas toneladas en un punto de la costa, concretamente en Calas de Mallorca. El dispositivo que se montó fue impresionante y además de agentes Antidroga participaron otras unidades de la Policía Judicial, que dieron cobertura a sus compañeros.

A medida que se acercaba la hora quedó perfilada la operación y se decidió que era conveniente abordar a los narcotraficantes en tierra, no en el mar. De hecho, la red contaba con unas lanchas semirrígidas de muchos caballos de potencia, que eran muy difíciles de interceptar. En cambio, la operación en tierra firme se antojaba más asequible. En la madrugada del sábado al domingo los funcionarios se lanzaron a por el alijo, que había sido descargado en una finca de Manacor utilizada como almacén. Los tres 'narcos' que vigilaban la droga escaparon en un coche, chocaron contra un semáforo y al final huyeron campo a través, corriendo.