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JAVIER JIMÉNEZ
La Guardia Civil continúa buscando a otros cinco implicados en la «Operación Tuareg», que se saldó con la intervención en Manacor de 7.000 kilos de hachís y la detención de nueve narcotraficantes marroquíes.

Todos los acusados fueron trasladados ayer tarde hasta las dependencias judiciales, en Vía Alemania, para declarar ante el juez José Castro, titular del Juzgado de Instrucción Número 3. Algunos de los marroquíes fueron contratados como «porteadores», es decir, para descargar los fardos de droga y trasladarlos al almacén del Camí de Conies, en Manacor. Por una noche de trabajo se estima que debían cobrar cerca de 300 euros cada uno. Otros, en cambio, tuvieron un papel más destacado. De cualquier manera, los investigadores siguen buscando a otros cinco implicados, tres de ellos que escaparon el día de la operación policial, tras una accidentada persecución. Al menos uno de ellos, un mallorquín que supuestamente financió el desembarco, está plenamente identificado.

Los investigadores creen que la organización de narcotraficantes esperó a que hubiera buena mar para transportar los 7.000 kilos de hachís de Marruecos a Mallorca, en la noche del sábado al domingo. Utilizaron lanchas semirrígidas de gran potencia, que hacen el trayecto entre las dos costas en pocas horas. La mayor parte del alijo, uno de los más importantes intervenidos en la última década en Mallorca, iba a ser enviada a Gran Bretaña y centro Europa. La Policía Judicial llevaba desde el mes de septiembre tras los pasos de la banda, una de las más activas en el panorama europeo.