Las tres naves de Son Fuster ardieron en la víspera de Sant Sebastià.

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«La seguridad en las naves sólo puede definirse de una manera: desastrosa». La investigación por el incendio que el día 19 de este mes arrasó tres almacenes de Son Fuster no ha desvelado de momento si el fuego fue intencionado o se originó en un cortocircuito. Lo que sí ha trascendido es que el sistema antiincendios o bien no existía o bien era muy deficiente.

Ayer por la mañana expertos de la Policía científica del Cuerpo Nacional de Policía regresaron a Son Fuster, junto al edificio Flex. Inspeccionaron de nuevo los almacenes, cuyo material carbonizado continúa en el interior de los tres locales, entre los hierros retorcidos y las planchas deformadas. Curiosamente, si todavía queda algo de valor puede ser fácilmente sustraído, ya que la vigilancia en la zona es nula, tanto de día como de noche. Entre las ruinas no han aparecido extintores ni sistemas de aspersión en los techos, que detectan las llamas y se ponen automáticamente en funcionamiento. De hecho, cuando los bomberos llegaron a Son Fuster en la madrugada del incendio las tres naves ardían por los cuatro lados. Es decir, el fuego en el interior se había declarado bastantes minutos antes y había ido propagándose lentamente, de uno a otro local.

Este dato es de gran valor para los investigadores, ya que si los almacenes hubieran tenido un sistema antiincendios en condiciones las llamas nunca se hubieran propagado a esa velocidad y hubiera sido posible atajar el siniestro en sus inicios. El informe de los bomberos de Palma, por su parte, no desvela el origen del fuego. En el apartado de las causas apuntan a que éstas son «desconocidas», aunque en realidad se barajan dos posibilidades: que fuera intencionado o que fuera un cortocircuito. Meses antes ya se habían producido algunos incidentes en las naves de la calle Aragón e incluso parece que habían entrado a robar en al menos una ocasión. Los tres almacenes fueron traspasados a Cort y el consistorio, a su vez, los vendió a un empresario. Durante este mes las naves debían ser vaciadas y su contenido iba a ser recolocado en otras dependencias de la conselleria de Cultura. Entre el material destruido hay dos artesonados únicos.