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EMILIO LÓPEZ VERDÚ
Un hombre de 71 años fue juzgado ayer por intentar matar con un martillo y un cuchillo a su hermano, de 74 años, en la casa que compartían en Palma junto a un tercer hermano. El juicio mostró las profundas desavenencias existentes en la familia, y que a punto estuvieron de acabar en tragedia.

Antes del juicio el abogado ya había llegado a un acuerdo con el fiscal para rebajar la pena de siete a tres años. Sin embargo, la sorpresa saltó cuando el acusado no reconoció ninguno de los hechos y empezó a ofrecer su propia versión. Antonio explicó que empezó a discutir con la víctima porque no dejaban entrar al tercer hermano en el baño, y este tuvo que hacerse sus necesidades encima.

El episodio ocurrió el 19 de julio del año pasado en un piso de la calle Pilar Muntaner. Según relataron víctima y agresor, la convivencia no era fácil porque casi no se hablaban, y además debían alimentar y mantener a un tercer hermano impedido desde hacía más de 30 años.

El día de los hechos, Antonio Q.M. se encaró con su hermano Teodoro recriminándole que no cuidaba bien del tercer implicado. La versión del fiscal es que el agresor empuñó un martillo y le asestó varios golpes en la cabeza. Después, le acometió con un cuchillo con el que le produjo varias heridas más.

Según su explicación, la víctima es un hombre violento: «él no es razonable, enseguida te ataca con un cuchillo; además, sé que esconde bajo la silla un cuchillo para matar cerdos», explicó.

También explicó su versión de la agresión. «No le ataqué, sino que yo tenía un martillito para clavar chinchetas y le di con el mango de madera en la cabeza», afirmó ante el tribunal.

Después le tocó el turno a la víctima, menos corpulento y de aspecto frágil. El hombre explicó que tres meses antes de este ataque ya había sufrido otra agresión del hermano, y que sus dos hermanos «siempre han estado compinchados para matarme». La víctima explicó que discutió con el agresor y que luego sintió «uno o dos golpes en la cabeza», tras lo cual cayó al suelo.

Tras su turno declararon dos policías, quienes aseguraron que había manchas de sangre por toda la casa, aunque el tercer hermano implicado estaba limpiando el suelo y el cuchillo con el que supuestamente se había llevado a cabo la agresión.

Los agentes explicaron que el propio agresor reconoció que «tendría que haberle matado» (a su hermano) y que si no lo hizo fue porque el tercer hermano se interpuso.