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E.L.V./P.M.
La mujer fallecida, Olimpia Ketty Tomala, permitía a su marido vivir en el domicilio familiar pese a que había una resolución judicial que impedía al hombre acercarse a menos de 500 metros a ella ni comunicarse por ningún medio.

Según los propios vecinos, las riñas eran habituales y de madrugada se podían escuchar golpes y gritos en la casa. La violencia llegó a su límite el pasado 9 de septiembre, cuando el marido golpeó en un ojo a Olimpia, quien decidió acudir a los juzgados. La mujer denunció a su esposo por maltrato familiar y coacciones. El juez dictó entonces la orden de protección cautelar y el caso pasó al juzgado de violencia doméstica, tal y como suele ser habitual en estos casos.

Pese a ello se produjo una situación por desgracia demasiado frecuente, ya que la mujer se reconcilió con su marido y le permitió volver al domicilio conyugal, en contra de la orden dictada.

Alba, una vecina colombiana que hace ocho meses tenía una habitación alquilada en la vivienda, explicó que ya le había aconsejado a la mujer que no regresara con su marido. Según explicó, Olimpia tenía un trabajo de cajera en un Mercadona cercano y en el restaurante, pero el marido no tenía ningún empleo fijo. El hombre quería volver con ella, e incluso consultó a un abogado. Sin embargo, éste le recomendó alejarse de la mujer.

El matrimonio tenía dos hijas, de 13 y 7 años, que residían en Ecuador. Las pequeñas tenían previsto viajar a España el próximo mes de febrero, después de que se les hubiese concedido el permiso de residencia.