El adolescente, de 14 años, se apoderó el miércoles de un Ford Orion aparcado en Manacor y cuando fue descubierto al volante del coche reaccionó de forma temeraria.
Se dirigió a la carretera de Manacor y comenzó a adelantar a otros vehículos a más de 150 kilómetros por hora, seguido de cerca por dos patrullas de la Policía Local. La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía se unieron al dispositivo de emergencia, que finalizó cuando el fugitivo se estrelló en la rotonda de Montuïri. Intentó huir a pie, pero estaba rodeado y no fue muy lejos. Luego, ya en la cuartel, escondió su cabeza entre las manos y rompió a llorar. Sin embargo, no debía estar muy arrepentido porque al poco tiempo de quedar en libertad salió de nuevo a robar, esta vez en comercios.
La tarde de su detención tras la persecución sus padres lo recogieron en las dependencias de las Policía Local, pero al parecer el progenitor no se mostró muy optimista con el arrepentimiento espontáneo de su hijo. De hecho, su familia está desesperada porque ya no sabe qué hacer con él. A las seis de la tarde el menor marroquí salió del cuartel y se fue a dormir a su casa. A las dos de la madrugada la Policía Local volvió a tener noticias de él. Acababa de asaltar una cafetería y una tienda de la avenida Salvador Joan. En el primer establecimiento consiguió algo de dinero, y en el segundo no encontró la recaudación pero desordenó todos los cajones y estanterías. El 'niño delincuente' empezó a delinquir hace dos años, y desde entonces es arrestado muy a menudo.
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